En el marco del V Encuentro de Producción, tuvimos la oportunidad de compartir una sesión de formación con Ómarjavier Umaña, quien expuso algunas de las principales cuestiones a tener en cuenta en derecho del entretenimiento con respecto a la creación de obras audiovisuales, sobre todo para quienes apenas se están familiarizando con estos temas legales. Ómarjavier Umaña es el Director Legal de Umaña y Abogados, aliados de este evento de conexión para proyectos iberoamericanos de largometraje de ficción.
Aprovechamos para agradecer sus aportes y también los de las otras instituciones aliadas: Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales (FIPCA), Panda Sync y GoDoers.
Una producción audiovisual puede necesitar que se firmen 10 contratos o 1000, dependiendo de varios factores. Existen acuerdos para muchos asuntos, sin embargo, aquí nos vamos a referir a aquellos que se relacionan con el oficio de guionista u otros roles vinculados al desarrollo de un proyecto audiovisual.
Antes de empezar es importante mencionar que, aunque en general hay muchas coincidencias, dependiendo de la legislación de cada país iberoamericano, puede haber algunas diferencias. Recomendamos siempre revisar las leyes locales y asesorarse de profesionales nacionales en la materia.
Si registro mi obra, ya queda amparada ¿verdad?
Empecemos desde el principio porque esta pregunta sigue siendo muy común. El registro se realiza para corroborar la autoría o titularidad, no significa que la obra no se proteja desde antes de haberla inscrito en un organismo que vela por los derechos de autor. Una obra está protegida desde su creación y gestación. No obstante, debe contar con estas dos características:
Originalidad: Códigos y lenguaje propios. Cada autor tiene su forma de contar historias.
Materialización de la idea: plasmar lo que quiero contar de una forma que no sea una simple idea o la comunicación de conceptos generales.
Cada país cuenta con entes reguladores. Sin embargo, para registrarla a nivel internacional, Omarjavier recomienda instituciones como Safe Creative.
Inicialmente cualquier persona natural puede registrar su guion de manera individual. Ahora bien, después lo más usual para las obras cinematográficas es que queden registradas de forma colectiva, es decir que los derechos quedan bajo la responsabilidad de unx productorx (persona o empresa) que lidera un equipo creativo. Esto facilita muchas dinámicas de comercialización, compra en canales y paso por festivales, por ejemplo, ya que se centralizan las decisiones. Existe también la forma de colaboración, donde como dice Omarjavier, "los derechos son de todos y de nadie en particular". Funciona para otro tipo de obras artísticas donde hay lógicas de colaboración como el street art. No se descarta que algún equipo audiovisual se pueda adherir a esto, pero deberá tener en cuenta las limitantes de no ajustarse a ciertas dinámicas de la industria que requieren una cabeza en términos de los acuerdos finales legales, como lo hace usualmente una empresa productora.
Ahora bien, ¿de qué derechos nos interesa hablar?
Pongámoslo de esta manera: están los derechos morales, ligados a la persona, y los derechos patrimoniales, ligados a lo económico o a aquello que puede suponer una transacción.
Derechos Morales: estos son aquellos que no te pueden quitar. "Personalísimos, innegociables, fundamentales y eternos", nos recuerda Umaña. Sólo los tienen las personas físicas, aunque en Estados Unidos sí permiten que una empresa los exija. Por eso pueden decir que se trata de una película de Netflix o Warner.
Paternidad. Bajo este derecho deben reconocer tu autoría. Puedes exigir que se mencione bajo tu nombre o seudónimo. Por Convenio de Berna los estudios y las plataformas deben hacerlo.
Ineditud. Debido a que tienes la autoría, puedes decidir si la obra se dará a conocer o la mantendrás en reserva. Antes de haber negociado cualquier cosa, puedes simplemente archivar el proyecto.
Integridad. Quien ostenta la autoría de la obra tiene el derecho a impedir deformaciones o modificaciones en ella que supongan un perjuicio a sus legítimos intereses o que menoscabe su reputación. Omarjavier Umaña nos recuerda que Quentin Tarantino pidió ser removido como guionista de Natural Born Killers porque sintió que Oliver Stone se había alejado de lo vital que quiso transmitir con el guion que realizó.
Modificación. Este derecho implica que puedes seguir enriqueciendo tu obra con nuevos aportes.
Retracto. Finalmente, tienes derecho a decir que ya no quieres que se produzca tu obra o se retire. Eso sí, para hacer esto, deberás pagar todos los gastos incurridos hasta el momento.
Patrimoniales: Estos derechos tienen índole económica e implican para su titular la facultad de autorizar o prohibir la explotación de la obra. Tienes que velar por la manera en la que los negocias, acuerdas o cedes. No son eternos, pueden tener solo algunos años de duración.
Transformación. Esto incluye toda adaptación que se haga de tu guion audiovisual a otro formato, llámese serie, cómic, producto transmedia, o cualquier otro. "Los productores lo van a querer tener todo", afirma Umaña comentando que es el aspecto con el que se debe tener más cuidado. Nos recuerda que se pueden negociar dichas autorizaciones por aparte. Es decir, puedes negociar que la productora lo explote para teatro, pero no para un libro, por ejemplo. Esto requiere mucho análisis estratégico frente a la capacidad de la empresa y tus expectativas.
Reproducción. Esto implica la facultad de hacer copias digitales de la obra.
Distribución. Quien sea el titular del derecho patrimonial tiene la facultad de entregar, repartir, transferir ejemplares de su obra o de no hacerlo.
Comunicación pública. Se refiera al derecho de exhibición en sala.
Puesta a disposición. Es el derecho de comunicación pública en Internet.
Una anotación importante para evitar confusiones cuando encaremos acuerdos con países anglosajones. Nos acostumbramos al término Copyright en inglés, creyendo que significa derecho de autor. Éste realmente se utiliza para hacer mención de la protección de la obra terminada y las COPIAS que puede haber de ésta. Este derecho protege más la economía de las empresas que han creado el producto. El concepto adecuado en inglés para los derechos de autor es Author Right.
¿Qué pasa cuando me contratan para escribir un proyecto?
Una productora puede pedir guiones por encargo y a quien ejerce como guionista se le paga a través de desembolsos que deben ser claros, según anticipos y entregables. Tú como guionista, en principio, no tienes poder de negociación legal, pues es la empresa desde el principio la titular del proyecto, la dueña de todo.
Digamos que tengo un proyecto propio que quiero mover por mi cuenta, ¿qué debo saber?
Los primeros acuerdos que harás como guionista es con la casa productora que escojas. Recuerda que cuentas con los derechos morales que son innegociables, para el tema económico puedes tener estas opciones.
Acordar un pago por el guion.
Optar por asumir una figura de coproducción, de manera que puedas luego contar con ingresos de explotación de la obra finalizada. Este tipo de acuerdos pueden ser de diferentes maneras. Por ejemplo, puedes no cobrar por el guion y solicitar un porcentaje con las ganancias de la película. O bien, jugar con los porcentajes de ambos tipos de ingresos.
En cualquier caso, "siempre tener una conversación preliminar y dejar todo por escrito".
Ya tengo casa productora, ahora necesito formalizar una coproducción nacional o internacional.
Una coproducción implica un vínculo de co-titularidad o co-propiedad en el que cada quien da su aporte para la consecución de una obra audiovisual, sea en dinero o un servicio cuantificable. En consecuencia con dichos montos, se establecen los porcentajes de lo que correspondería a cada quien.
¿Qué debes saber?
Normalmente, algunos de los aspectos de estos acuerdos no están regidos por ley. Es decir, no hay una ley que te diga cómo se deben repartir los porcentajes, por ejemplo.
Se trata del contrato más importante porque marca la ruta de la película, ya que en cuanto se estipula quiénes son los productores mayoritarios, se establece a su vez quiénes dan las aprobaciones y decisiones finales.
Suena tonto, pero incluye en tu acuerdo quiénes se quedan con los premios físicos una vez se hayan ganado. Esto puede ocasionar malos entendidos más adelante.
¿Qué no debe faltar a la hora de redactar/revisar un contrato?
Como siempre, las recomendaciones clave, a veces suenan como las más obvias y sin embargo, mucha gente sigue pasándolas de largo:
Especifica de manera desglosada porcentajes, tareas y obligaciones exactas de ambas partes.
Evita los acuerdos de palabra.
No uses modelos o formatos de contratos de un antiguo proyecto sin adaptarlo minuciosamente al actual. Tampoco te confíes de las plantillas de acuerdos que se encuentran en Internet.
Cuando alguien te envíe algún documento fíjate que el contenido corresponda con el título del acuerdo.
Saca el tiempo adecuado para leer el contrato. Por supuesto, busca asesoría profesional para analizarlo.
No olvidar las firmas ;)
Todo lo mencionado garantiza una protección adecuada de una obra audiovisual y permite establecer acuerdos claros y justos entre las partes involucradas.
Otros aspectos legales que debes considerar
Como guionista debes considerar que tu obra puede estar condicionada por obras preexistentes (musicales, audiovisuales, pictóricas, literarias, etc) que aparezcan en la historia y que pueden llegar a ser un punto de discusión importante con la producción según su relevancia.
Ten en cuenta que la casa productora tendrá que negociar cesiones o licencias que pueden incidir en el presupuesto final y que tendrán en mente en el momento de aceptar o no el desafío de producir tu proyecto. Así que procura ser consciente de esto cada vez que incluyas una canción que te pareció bonita o una pintura actual que quieres que se vea en el fondo de un escenario.
Sobre Omarjavier Umaña es abogado de la Universidad Externado de Colombia. Ha asesorado a más de 160 empresas de las industrias creativas en Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, Chile, Puerto Rico y Bolivia.
Director legal de Umaña y Abogados, ha trabajado de la mano con productoras audiovisuales, desarrolladoras de videojuegos, agencias publicitarias, promotores de eventos culturales, artistas y empresas de tecnología y software desde el nacimiento de sus proyectos hasta su comercialización y venta.
Umaña y Abogados
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